Llego de la clínica aquel
fatídico día y por primera vez Sam no salió a recibirme, él, Philippe y Mimoso
(los gatos de mamá) se quedaron quietos y me miraron, habrá llegado ella
conmigo o se adelantó a decirles lo que ha pasado?
Han pasado más de diez día y no
se han separado de mí. Alguna vez han visto a unos gatos actuar como perros
falderos?
Philippe (el más enigmático,
arisco y pensativo) quiere estar cerca de mí, se me acerca y recuesta su cabeza
en mi pierna, creo que me adoptó…
Sam enfermó al tercer día, la
infección bucal recurrente empezó a sangrar copiosamente. La veterinaria
preguntó si había pasado por una emoción traumática últimamente… sí, perdimos a
mamá. Resulta que Sam se deprimió, sus plaquetas bajaron y le atacó la
infección muy fuerte. No se supone que los animales no tienen sentimientos ni
pensamientos?
Sam nunca dejó de comer o de
mover la colita, “a quién se parece?” me apuntó mi hermana… Ay Sam! , has
estado disimulando que todo está bien para no hacerme sentir mal…
He tenido que olvidar que no
quiero hacer nada para darle su medicina, para acariciarlo aunque sea con los
pies, para abrazar a los gatos y decirles que ahora estamos juntos en esto de
sobrevivir.
Es domingo y el día esta nublado
y aquí estamos todos, viendo películas románticas, respirando acompasadamente, dándonos
calor, nadie ha dicho ni miau (literalmente) pero sabemos que estamos pasando
por esto que llaman duelo juntos.
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