Hoy leí un artículo en el diario español“El País” en el cual se instaba a Jennifer López a aprender español antes de que el programa que co-produce con su ex pareja comience. Hasta ahí todo bien, lo malo comenzó cuando empecé a leer los comentarios de los lectores sobre el artículo.
Cosas como:
“…por lo general los hispanoamericanos hablan peor; no utilizan correctamente formas como cual; cuales, que, como... y la precisión en el lenguaje suele ser peor…”
“…Para un español el lenguaje de latinoamerica muchas veces es excesivamente barroco, y poco directo (el ejemplo argentino es el más manido, pero hay más)…”
“El español correcto es el que dicta La Real Academia De La Lengua Española. El español que hablais en Bogotá, o en cualquier parte de Sudamérica, no suele ser correcto tanto en su gramática como en su dicción…”
“¡Qué duda cabe que en España no todo el mundo se expresa con la debida corrección! Pero es en este pais donde se habla correctamente.”
Y el peor:
“Yo tambien estoy de acuerdo con los que opinan que en Latioamerica no se habla igual de bien que en Espana. Yo siempre he dicho que Cortazar era un mal hablado, Borges, un bestia con el lenguaje y Rulfo, un desubicado en temas de gramatica…”
…
Ahora bien, quitando las faltas ortográficas y gramaticales de los lectores y de la redacción del diario, sin incurrir en la misma fanfarronería listando el montón de aberraciones que la RAE ha cometido solo por incluir palabras absurdas (para más detalles lean el libro “En la Punta de la Lengua” de Alex Grijelmo) y haciendo de tripas corazón por esa blasfemia de llamar a Cortázar "bestia" paso a tratar lo que más me llamo la atención: la facilidad con que algunos españoles argumentan que SU español es el “correcto”.
Hablar de lo “correcto” implica hablar de normas y, sin duda alguna, los Latinoamericanos seguimos lo que dice la RAE. Seguimos incluso esas estupideces de omitir el acento de la “o” entre números y otras excentricidades como “imprimido” (que hacen que se me levante la ceja eh). No pronunciamos la “Z” diferenciándola de la “S” ni la “J” con ese sonido quasi gutural, vale, me declaro CULPABLE.
Pero lo que sí que hacemos nosotros los latinoamericanos es no dejar morir la lengua española. Las bocas americanas que usan el idioma de Cervantes (que los dedos no se me caen por reconocer al personaje y su importancia dentro de la lengua) doblan, triplican y cuadriplican a las del viejo continente. De nuestras tierras han salido premios nobeles, agasajados con el Príncipe de Asturias y con el Premio Cervantes, por mencionar solo algunos.
Porque es gracias a nosotros, los latinoamericanos, que España no tiene que sentarse a pensar qué hacer para que la lengua no desaparezca como hizo Academia de la Lengua Portuguesa hace un par de años atrás.
Los portugueses en aquel momento si se dieron cuenta de que lo importante de un idioma es que sea hablado. Llamaron a la Academia de la Lengua de Brasil y se sentaron a unificar normas (en donde valga acotar que tuvieron que aceptar varias de las brasileñas en detrimento de las de Portugal).
El latín, raíz de nuestra lengua, podrá ser correcto, pero es una lengua muerta y al final, eso es lo que cuenta.
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