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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Chávez con MI información no te metas


 “Art. 29 CRBV Toda persona tiene derecho de acceder a la información y a los datos que sobre si misma o sobre bienes consten en registros oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el uso que se haga de los mismos y su finalidad,…”




¿En qué momento consentí que el Presidente me enviara un mensaje de “Navidad” a mi celular?

¿Qué pasaría si yo no fuera cristiana?, ¿no sería esto considerado un ataque a la libertad religiosa (Art. 59 CRBV)?, ¿una muestra de que el Estado no es secular?

¿En qué momento autoricé a cualquier órgano de la Administración Pública a enviarme, en nombre del Presidente un  mensaje plagado de jerga militar en donde me dicen que yo estoy celebrando con ellos el camino a la “Patria Buena Bonita”?

Qué ocurre si no soy chavista, ¿una manifestación de totalitarismo y violación a la libertad de pensamiento?

La verdad es que si en vez de estar hablando del Presidente estuviéramos hablando de un partido de la oposición o más allá de eso, de una compañía podríamos demandarles ante el INDEPABIS, por enviarnos mensajes sin nuestro permiso, por abuso y, sin duda, nuestra demanda prosperaría.

Pero cuando es el Estado la que abusa en esta tierra sin ley, ¿A dónde vamos? ¿Ante quién introducimos el recurso de amparo? ¿Cómo hago para acusar al Presidente de acoso? ¿Será que puedo darme “de baja” de esa lista macabra en la que estoy metida y que me hizo receptora del nefasto mensaje?

Definitivamente en este país la Sra. Justicia sí que está ciega…


viernes, 23 de diciembre de 2011

Regalos para los lectores empedernidos, los bibliófilos

Recuerdo que cuando era pequeña le escribía una carta al Espíritu de la Navidad (desde pequeña la semilla New Age de mi madre haciendo su trabajo) con todas aquellas cosas que quería. Mi mamá, fiel practicante de una doctrina ecléctica que combina catolicismo con Feng Shui, siempre nos dijo “pidan lo que quieran, que si no es ahora ya lo recibirán luego” ya que “Dios está esperando el momento para darnos la sorpresa”. De manera que mis cartas normalmente tenían unos 180 ítems perfectamente descritos por color, tamaño, nombre y marcas y ordenados por categorías no fuera a ser que el Espíritu de la Navidad se confundiera entre tanto perolero.

Hoy, que no hago cartas sino que juego al amigo secreto y voy a la tienda motu proprio, me puse a pensar en aquellas cosas que sin duda metería en mi lista del Espíritu de la Navidad, aquí se las dejo por si acaso están pensando en qué pueden o se pueden regalar si son amantes de los libros.

Sábana: ¿será que las consigo en Venezuela? :’(


Marcalibros: aunque los que más me gustan son los de forma de clip, ya que suelo tener el libro que estoy leyendo en la cartera siempre termino o dañando el marcalibro o la hoja en la que está enganchado. El papelito para marcar las hojas no es muy práctico que digamos, así que estos me parecieron idóneos:

El de fieltro y tela que no se va a doblar o dañar en la cartera.

El de origami, fiel a mis aficiones (si si ya bajé el diagrama  para hacerlo)




Marcador que se borra: tiendo a escribir al pie de los libros, subrayar, resaltar, etc. lo malo es que a veces me equivoco y no puedo borrarlo, así que esto es PERFECTO!


Cubierta de libros: perfectas para proteger el libro del día a día subterráneo (suelo leer en el metro).

Estas las vi en Casa del Libro (Madrid) pero creo que podría hacerlas, son de tela elástica.

Estas me parecieron súper originales



Guardalibros: me encanta leer antes de dormir pero…no tengo mesa de noche, entonces termino durmiendo con el libro en el piso, debajo de la almohada, en la junta de la pared y la cama, esto me pareció el remedio perfecto!

Y, finalmente, este forro de laptops en forma de libro.

Ahora sí, Feliz Navidad, espero que debajo del arbolito o al lado del pesebre encontremos las reformas económicas, políticas y sociales que necesita nuestro país (aplicable para Venezuela y media humanidad), así como una buena dosis de reconciliación y consciencia.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sedientos

Estamos sedientos. No lo disimulamos y, más que eso, lo gritamos al mundo.


Por esnobismo, por poner @enalgunlado en twitter,  sabiendo conscientemente que estamos buscando algo más o inconscientemente siguiendo el impulso de ese algo en nuestro interior que nos lo pide.

Después de mucho tiempo siento, repito YO (enfatizando que no pretendo generalizar y que lo que voy a decir es una conclusión que podría ser errónea) siento que el Caraqueño  está en busca de más…

Nunca habíamos sido importantes culturalmente hablando. A diferencia de Bogotá y DF, nuestro estatus de capital de una capitanía general no permitió que grandes edificios fueran construidos. La cultura a este pueblo llegó tarde y muchas veces de contrabando.

Hemos crecido desproporcionadamente como ciudad y en la misma medida han crecido nuestras aspiraciones. No somos los mismos y ahora queremos más.

Queremos tener que rompernos la cabeza por escoger entre ir al teatro a ver La Casa de Bernarda Alba o la función del Circo del Sol, queremos librerías de tres pisos con salones de conferencias para la presentación de libros en las cuales nos perdamos durante horas, queremos que los libros sean impresos en el país, queremos no tener que esperar semanas para que el CD de nuestro artista llegue o mandar a traer un libro con un amigo afuera porque aquí no lo conseguimos.

Queremos caminar Por en Medio de la Calle y andar en bici. Queremos tener una pieza de ropa única, diferente y que grite individualidad. Queremos comer platos diferentes cada día.
Y tratamos de remediar la situación...

Como no hay ciclovías en toda la ciudad hay algunos valientes que pedalean de tú a tú con los carros y las motos.

Subimos al Ávila desesperados por estirar las piernas y respirar.

Nos echamos piropos, pintamos grafitis, pegamos stickers en la calle, hacemos y/o escuchamos nueva música  y bebemos los sorbitos, las gotitas que podemos para calmar esa sed que nos ahoga.

Salimos, nos hartamos, nos llenamos casi a reventar y aunque saciamos la sed volvemos y al poco tiempo nuestra garganta vuelve a apremiarnos, nos  pide más.



Este sentimiento no es nuevo para mí, lo nuevo es sentir que cada día somos más los sedientos en este Valle.     



jueves, 8 de diciembre de 2011

Viajar con un acento en la e

“¿Cómo se hace para viajar? ¿Cómo saber qué hacer?” –pregunta de mi hermana.

No me la paso viajando (eso quisiera), sé que otros más curtidos podrían escribir entradas enteras de consejos útiles para viajeros noveles y para los ya entrenados (como la bitácora de Xicerone), sin embargo creo que he ido puliendo modestamente mi propia manera de viajar...
Hermana, aquí va la respuesta:

  • Prepararse para conocer: cual clase es indispensable que el viaje se prepare. Estudiar la ciudad, los usos culturales, algo de historia, carácter de los lugareños, lugares importantes. Si no se hace esto la información entrara a caudales en el viaje y se encontraran leyendo frente al castillo, palacio o pirámide. Creo que hasta ahora las guías ilustradas de El País me han dado los datos necesarios para armar un borrador de itinerario (odio el esquema Lonely Planet, sorry por los que le rinden culto). También chequeo mis bloggers de viajes preferidos: Paco Nadal y por supuesto las Aventuras del Cicerone. Este último me ayudo a respirar profundo al estrenarme con Ryanair, así como esos sitios de Barcelona que no suelen mencionar en las guías turísticas.

  • Escoge MUY bien a tu acompañante: si vas a viajar acompañado PIENSALO DOS VECES. Encontrar un buen compañero de viaje es tan o más difícil que encontrar que una esposa o un esposo. El compañero de viaje influenciará parte del itinerario, la velocidad de la marcha, elecciones cruciales como qué comer y donde. Una vocecilla en la nuca cuando estás en actitud contemplativa puede robarle la magia a cualquier momento. Con los viajes aplica totalmente eso de “mejor solo que mal acompañado”.

  • No seas ambicioso, se realista:
  • mejor que atragantarse de iglesias y parques es comerlos de a bocado. Tal vez no se vea todo lo que queramos pero las sensaciones e impresiones persistirán en nuestra memoria. Además, siempre podremos volver.
  •  Consigue un lugareño: nadie mejor que un local para mostrarte la ciudad, si es tu amigo mejor aun, te enseñará las cosas que sabe te gustarán. Si tienes varios en una misma ciudad cítalos por separado, te sorprenderá lo diferente que puede ser una ciudad mostrada bajo el cristal de otros lentes.




  •  Absorbe la cultura: no seas un gueto nómada. Mézclate con la gente del lugar (sin ser desconfiado pero sin pecar de ingenuo), sonríe (si la cultura lo permite). Busca a tus paisanos pero no los conviertas en murallas. Busca en las librerías a los autores locales, olvida tus playlists y abre tus oídos a las emisoras locales. Ve a una discotienda. Come todo lo que puedas y reeduca a tu paladar con especias, la sazón y los frutos de esas tierras.


  • Arriésgate: sal de tu zona de confort. Si estas solo camina lentamente, mira los edificios, a las personas. Pide al mesonero que te recomiende qué comer. Prueba, enloquece tus sentidos.

  • Documéntalo: este consejo me lo dio un español maravilloso (gracias Juan). Escribe, dibuja (si puedes), toma flores, hojas, guarda las entradas, imprime (por qué no) algunas fotos, atesora postales y escribe detrás qué has sentido cuando estabas allí, qué te llamo la atención. Cuando hojees esto volverás a viajar y podrás volver con la mente cada vez que quieras.

  • A donde fueres haz lo que vieres: esto tiene sus límites, pero en general las costumbres aprendidas pierden un tanto la vigencia cuando el contexto es otro. A veces se convierten en un lastre y lo mejor es ver a los lugareños y reeducarse (aunque sea por tiempo limitado). Tomar la sopa de fideos con ruido si estas en Japón, decir “Hola” cuando entras en un lugar (aunque no conozcas a nadie) en España, comer con las manos si estas en la India…


  •  Dile NO al Turibus, a los tours de “Conocer la ciudad en 5 días”, al turismo de shopping malls y a la tomadera de fotos si te impiden disfrutar del lugar… no solo no conocerás nada, sino que en el mejor de los casos tendrás la impresión “estándar” de la ciudad.



  • Por último: ten la disposición de ser feliz y déjate sorprender

martes, 8 de noviembre de 2011

BBVA Provincial Quiere que te roben!!!!

Seamos honestos, el personal de servicios en Venezuela RARA VEZ ES CORTÉS y casi siempre actúan como si te hicieran un favor; eso sin importar si son una filial de una gran multinacional o de un grupo financiero español, como es el caso.

Lo anterior es el pan nuestro de cada día y, como la mayoría de los venezolanos, he llegado a acostumbrarme a las dilaciones, malos tratos, caras y carotas, negaciones y dificultades que el personal de LOS BANCOS suele agregar al de por sí ya tedioso trámite de obtener divisas, sacar la tarjeta de crédito, etc.

NO QUIERO UNA SONRISA

NO RECLAMO UN BUEN TRATO

Y no lo reclamo porque ya sé que el personal que labora en el  BBVA BANCO PROVINCIAL es INCAPAZ de darlo.

Lo que reclamo es PRIVACIDAD Y SEGURIDAD en mis operaciones. El personal del banco está bien entrenado para pedirte que no uses el celular (móvil) en el banco porque atentas contra la seguridad bancaria, pero cuando se trata DE LA SEGURIDAD DEL USUARIO el esfuerzo es totalmente NULO, de hecho PROMUEVEN SITUACIONES EN LAS QUE LA SEGURIDAD DEL USUARIO ESTÁ EN RIESGO.

El país es inseguro, lo sé, lo sabemos Y ELLOS LO SABEN. No les pido que acompañen a cada usuario a su casa después de hacer un retiro de bolívares o efectivo, les pido que OBLIIGUEN a los usuarios a pararse a distancia de la taquilla si no han sido atendidos, les pido que si se van a realizar operaciones CAMBIARIAS o de GRANDES MONTOS NO LO DIVULGUEN EN LA AGENCIA, tengan un lugar reservado para atender personas que realicen esas operaciones.
La gente del BBVA PROVINCIAL NO TENDRÁN EL ARMA, NO NOS QUITARÁN EL DINERO, PERO HACEN PUBLICO QUE UNO SALIO DE LA AGENCIA CON DOLARES, EUROS O MILLONES.

Por eso mi molestia, sí por ineficientes, pero también por negligentes.

Por remodelar las instalaciones sin entender la problemática del país y por no enseñar reglas claras a los usuarios que ayuden a que las operaciones sean privadas.

Trataré de que mi molestia sea escuchada hasta las últimas instancias y NO ME IMPORTA TOMAR TIEMPO DE MIS VACACIONES para ir al PASEO LA CASTELLANA (en Madrid, donde están las oficinas corporativas del grupo) y entregar cartas de queja a los 20 señores al frente del grupo BBVA. Obviamente sin obviar las instancias nacionales (INDEPABIS) con las fotos y videos que he tomado en mi agradable estancia en el Banco.

Este post se lo dedico con cariño y aprecio al personal de la Agencia Chacaíto II del Banco Provincial de Caracas (telf. 0212-9524771). 

martes, 11 de octubre de 2011

¿Resistencia Indígena o Día de la Hispanidad?

Hoy es 12 de Octubre. Como cada año los venezolanos nos disponemos a disfrutar de un día vacacional extra para ir a la playa, dormir o simplemente descansar.

Desde el 2002 para Venezuela este día es para conmemorar la resistencia indígena. El Gobierno decretó el nuevo nombre de la festividad para exaltar los valores amerindios y autóctonos dada la connotación colonialista que tiene el mote de “Descubrimiento de América”.

¿Por qué quitarle a esta fecha la connotación colonialista que EVIDENTEMENTE TIENE?, ¿o es que acaso los españoles no vinieron a colonizar? ademas, duélale a quien le duela, los indígenas venezolanos no parecieron muy molestos con la idea. Colón describió a los indígenas venezolanos como gentes de las más simpáticas y pacificas. Los colonizadores aquí no tuvieron que valerse de artimañanas elaboradas para conquistar esta tierra, alguna lucha hubo, si y sangrienta también pero no fue justamente aquel día o al menos así parece. 

Los españoles por su parte celebran el día de la hispanidad, en la orilla opuesta del rio ellos ven la colonización como una conquista y una victoria para la cultura hispana. Un poco más realista que lo anterior aunque, para variar, igualmente estoy en desacuerdo. 

Prefería llamarlo Descubrimiento de dos mundos, me gustaba la idea de meterme en la cabeza de aquel amerindio  con la boca abierta al ver a estos señores con su acento extraño y palabras desconocidas, cubiertos de pies a cabeza (con el calorón que debía de hacer) y con tantas cosas colgando. Me gusta pensar en las caras de los españoles llegando a esta tierra, viendo su riqueza y preguntándose extrañados que clase de idioma hablarían estos. 

Aquí los españoles vinieron a hacer riqueza y a extraerla, si, pero en el camino se mezclaron con los indígenas, al ser estos muy débiles para los trabajos fuertes trajeron a los negros y aquí, en Venezuela, como en casi ningún otro lugar de Latinoamérica y con una intensidad inusitada, el coctel de etnias se dio y henos aquí.  

Café con leche casi todos por dentro o por fuera, con apellidos españoles (Riera, Ostos…), que parecieran autóctonos (Guanipa) y nombres Yurubirizados. Hablando español sin esa zeta, desayunando arepas todos los días y bailando tambor cuando el “guateque” lo amerita. Queriendo ser ricos rápido pero con la resistencia de pasar trabajo desmedidamente añorando el ocio, abiertos a los extranjeros, como nuestros antepasados, aguzando el oído si escuchamos a algún gringo o musiu de donde sea que necesite ayuda en el Metro.

Aunque esté de moda por estas latitudes el reivindicar las raíces indígenas y negroides y aunque a este gobierno le duela nuestras raíces son también españolas. Para nuestro bien o para nuestro mal el predominio de una raíz sobre la otra no va a desaparecer con la sanción de leyes en las cuales se determine como hecho punible la calificación de “negro” a una persona; tampoco el reivindicar tradiciones sacadas de un sombrero que nada tienen que ver con la idiosincrasia del venezolano común.

Celebremos entonces este día como la conmemoración de aquel en el cual (por intereses capitalistas, imperialistas, salvajes, lo sé!) las dos orillas del charco fueron vislumbradas, como el día en que Dos Mundos se vieron cara a cara con asombro, y el día en el que comenzó la conformación de la raza latinoamericana. 

lunes, 3 de octubre de 2011

Un amigo muy especial

Lo admito: soy MUNERA. Para los ajenos a este mundo, los “muneros” somos ese grupo de estudiantes que en sus tiempos libres no tienen otra cosa que discutir sobre la actualidad internacional simulando que son representantes diplomáticos de algunos países e ir a Modelos de Naciones Unidas para representar a sus instituciones.
He conocido mucha gente especial en esos Modelos de Naciones Unidas y a este amigo lo conocí en uno de ellos. 

Él estaba representando al “archirrival” de la UCV: la UCAB y en teoría no debíamos colaborar uno con otro, debíamos competir. 

Resulta que este chamo con voz grave nunca dejo de “jugar” colaborativamente, me encontré felizmente redactando una resolución con él y su compañera de equipo y ambos nos levantamos a aplaudir al otro cuando fuimos llamados al escenario para recibir nuestros premios. 

Este Ucabista, no tenía ningún problema de decirme que “la Central es la Central” cosa que para mi lejos de disminuir el amor que siente por su Alma Mater significaba simplemente el reconocimiento del papel que ha jugado la Casa que Vence las Sombras en la historia del país. 

Me dijo que algún día le gustaría que trabajáramos juntos y para un MOVENU (Modelo Venezolano de Naciones Unidas) le invite a unírseme en el comité de eventos. En su apretada agenda, entre deberes estudiantiles y deberes políticos como representante del estudiantado él hizo un huequito (varios en realidad) para apoyarme y ayudarme en todo. Siempre te agradeceré eso.

Gracias a él conocí la UCAB y vi el impecable montaje de Antígona por el teatro de esa misma Universidad. Desde ese día la Universidad Católica es para mí algo especial, algo diferente. 

Recuerdo una tarde que se nos hizo de noche trabajando y este chico, que por allí han tildado de oligarca, me acompaño a mi casa sin la menor prisa, en una de las zonas más rojas de la ciudad capital. 

Estaba fuera del país cuando lo secuestraron y cuando me contó en persona lo que había pasado me pidió disculpas porque un libro que le había prestado (Mario Briceño Iragorry, Mensaje sin Destino) había robado en aquella oportunidad, espero que los ladrones lo lean…

Es gracioso sentarse a tomar un café con él en algún sitio público de Caracas y ver como se le acercan personas a felicitarlo y a abrazarlo. Es muy muy gracioso ver su cara de timidez ante los halagos y como se encoge sin saber qué hacer ni a dónde mirar ante tantas muestras de afecto.  

Siempre me sorprendió que alguien con tanto talento se dedicara a la política, que no emigrara y huyera de estas páginas de sucesos en la que se ha convertido el país. Siempre me sorprendió que escuchara mis críticas (que no son nada sutiles), que siempre valorara mi opinión y que en vez de alejarse de los libros por el ajetreo constante en el que vive encontrara un espacio para leer porque está consciente que en esta vida lo seguro es que no sabemos nada. 

Este amigo mío ha escogido, literalmente por amor a este país, una profesión en donde su vida ha estado en peligro, donde no tiene descanso y casi no duerme, una vida que no le permite ver a sus amigos tanto como le gustaría, una vida en la que te hackean el Twitter, el Facebook y el Gmail…

Sr. Smolansky, escribí esto cuando iban a ser las elecciones de las juveniles en Voluntad Popular, pero ya me conoces, era muy político para lo “académica” que soy y mi único partido es mi consciencia. 

Ahora que te han hackeado tus cuentas personales, que nuevamente han violado tu integridad tengo que pedirte que no te rindas, porque sé que mucha gente se siente como yo: aliviada de que alguien como tu este preocupado por el país, que más que escribir protestas por Twitter y Facebook tu estés haciendo algo por tener el país que queremos.

Un abrazo inmenso y ten en cuenta que algo bueno estás haciendo para que esas personas se fijen en ti y te hagan blanco de esos ataques, así como para que tengas una inmensa cantidad de gente (incluida esta “académica”) que te apoya y que sabe quién eres.

domingo, 18 de septiembre de 2011

A la reconquista de Caracas

Seamos sinceros; Caracas se nos fue de las manos. La ciudad de ahora poco se parece a la pequeña que bautizó Diego de Lozada en el siglo XV. Quisimos, como todos los padres y madres del mundo, que creciera sana y fuerte. Que fuera bella y que no se desviara de su naturaleza: una ciudad casi paradisiaca al pié de una montaña, un valle moderno de clima gentil y con habitantes agradables y amables… quisimos todo eso que al final no pudo ser. 



¿Qué le pasó? ¿Cómo terminó en la “ciudad de la furia” la “Sultana del Ávila”, “La Capital del Cielo”?

Como una responsable más solo puedo decir que creo que no le paramos mucho. Creo que le dimos unas directrices por los tiempos de la colonia (esa cuadricula que marcaba la plaza y las calles principales) y luego como en los 70’s (del siglo 19)  y los 50’s (del siglo 20) otras más y ya. La dejamos sin brújula en plena adolescencia. Esa etapa en la que vas descubriendo lo que realmente eres.
 


Ella se alejó de nosotros o nosotros nos alejamos de ella. Estábamos tan ocupados observando como el hombre llegaba a la luna, como el SIDA se propagaba, las guerras mundiales y todo lo demás que nos pareció irrelevante que nuestra Caracas dejara de tener tejas rojas por techos y dejara de escuchar a Billo’s , no notamos que empezaron a aparecer techos de cartón en sus colinas y que por la rendija de su habitación se colara un ritmo de Korn.

Hoy ya ni nos ve a la cara, peleamos todos los días con ella para que trate de hacer las cosas como queremos pero… ¿qué podemos pedirle después de lo que le hemos hecho? (o de lo que no le hemos hecho).

De vez en cuando se porta gentil con nosotros, nos da un arcoíris y una brisilla fresca que nos seca el sudor de tanta brega, nos regala mangos gratis en temporada y nos enseña que en uno que otro rincón todavía sigue siendo nuestra pequeña Caracas la que nos robaba sonrisas. 

Los caraqueños queremos reconquistarla y ella lo sabe. Hacemos festivales, ferias, trancamos calles, para estar con ella, para oírla, para sentarnos en sus plazas, para echarnos en la grama de su Ávila y escucharla con mayor claridad. 

Ella intenta adaptarse, pero con sus calles estrechas de dos canales ¿Cómo albergar a un Por en Medio de la Calle de más de 6.000 personas? Con la inseguridad galopante ¿Cómo estar más tiempo con ella? Con la poca inversión en infraestructura ¿Cómo no molestarse por el tráfico que nos quita horas y horas de convivencia de calidad? Con la pelea que tenemos por tener un espacio aquí, un trabajo y una vida ¿Cómo dejar de mirarnos como enemigos, con ceños fruncidos y caras hurañas?


Ya nosotros decidimos que la queremos de vuelta y ella quiere volver, ¿será que el Gobierno nos ayuda a lograrlo?     

jueves, 8 de septiembre de 2011

El e-book en español. Caso Venezuela.


Días atrás revisaba en el diario El País, como, después de 15 años de espera, Amazon (la librería virtual más grande del mundo) inaugurará su portal en español este mes. Para mi Amazon no era más que un portal especializado en distribución de material en físico y superficialmente conocía la magnitud de los e-books que se tranzan por el mismo portal (libros digitalizados y otros especialmente diseñados para ser vistos por medio de un computador o de una tableta o del kindle de la marca).

 
Empapándome un poco de lo que es Amazon en el sector de e-books, encontré que hay libros que solo están siendo lanzados en formato digital, libros que se imprimen a pedido, también libros que hay que escuchar y ver cual película y que incluyen no solo editores, dibujantes y escritores, sino también banda sonora, edición, efectos especiales, tal como una película.
Ya ha trascendido que Amazon tiene varias negociaciones adelantadas con casas editoriales y los títulos de habla hispana son ahora el centro de las conversaciones, ¿deberíamos asustarnos los lectores venezolanos?
 
El mercado de libros en español está lógicamente interconectado en función del lenguaje, de acuerdo a los reportes del CERLAC Colombia, Argentina, México y España son los países que más exportan libros, los importan principalmente entre ellos mismos y con el resto de América Latina , en el caso venezolano, España es el origen de la mayoría de los libros que ingresan al país.
 
La industria editorial también ha sufrido por la dificultad de acceder a divisas, más allá de eso, a pesar que la educación ha sido denominada prioridad para el Ejecutivo Nacional las importaciones de libros se gravan con un impuesto del 30%, lo cual repercute directamente en el precio que paga el consumidor final. Al no haber industria a la cual proteger (la impresión de libros en Venezuela es mínima debido a derechos de autor y propiedad intelectual así como a los altos costos de la realización en el país) pechar los libros con estos impuestos solo responde a una lógica “capitalista-rentista” para nada acorde con el espíritu socialista que dice impulsar las acciones de este gobierno (podemos sumar esta contradicción a las muchas mencionadas en mi entrada anterior).

Mientras en EEUU ya se pueden ordenar los e-books online y en España se pueden comprar en físico y recibirlos en casa sin mayor complicación, en Venezuela todavía se debe ir a la librería y recorrer varias para encontrar, por citar algunos, “La Casa de Los Espíritus” de Isabel Allende o el número 1 de la saga del niño mago (si, Harry Potter), eso por mencionar títulos masificados, ya que quien quiera los doce volúmenes de las Memorias de Churchill debe hacer un recorrido más underground y variopinto. ¿Podrá nuestro primitivo mercado sobrevivir a los cambios que se avecinan en la Madre Patria?.
 
Los libreros  pese a los embates económicos y a lo poco (poquísimo) que lee el venezolano han sabido sobrevivir por su creatividad y han aprovechado esta movida urbana en la que el citadino intenta disfrutar dentro del caos de la ciudad. Las redes sociales y los medios de comunicación también han olfateado esa sed de encontrar espacios y han puesto su granito de arena para promocionar ferias de libros, cambalaches, movimientos del libro libre y revistas especializadas. Sin embargo, el Venezolano sigue leyendo poco.
 
Se suma ahora a la preocupación por ganar lectores la preocupación (espero que infundada) de la revolución que el e-book en español traerá consigo. Personajes del mundo editorial hispanohablante comentaban que tal vez disminuirían los stocks, que probablemente las impresiones se harían por pedido y yo, venezolana sujeta al cupo CADIVI, me pregunto si será tomado en cuenta un mercado complicado y regulado como el venezolano a la hora de imprimir libros. ¿Aumentarán los costos? ¿Disminuirá la variedad ya de por si un tanto limitada?

Lo admito abiertamente: no me gustan los e-books, para mi nada se compara con la sensación del papel bajo las yemas de los dedos, la posibilidad de escribir mis comentarios o notas al margen, subrayar esas frases que quiero inmortalizar en la memoria y nada como el oler los libros viejos (aunque son hongos, lo sé) o los nuevos. Más allá de eso, ¿Qué pasará con el venezolano promedio si los libros solo aparecen en digital? ¿Qué porcentaje de la población tendría la computadora y el internet para ordenar el libro, la tableta o en kindle para leerlo y la tarjeta de crédito con DOLARES para pagarlo? ¿Cuántas librerías se pueden dar el lujo de asumir una subida de precios por el requerimiento (quien sabe si en un futuro obsoleto) de la impresión de un libro?

Estoy segura que el sector venezolano relacionado con los libros está siguiendo de cerca lo que pasa al otro lado del océano en la tierra de Cervantes, espero que el Gobierno sepa entender que llegó la hora de darle prioridad al libro, de facilitar su importación y disminuir su coste sin perjudicar al importador, de desenmarañar los trámites y de imprimir aquí algo más que panfletos socialistas y un Don Quijote que comienza con otra oración que no es justamente “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”…
 
Tal vez todo esto solo sea un susto, tal vez el e-book en español le quite un pequeña porción al libro en físico y nada más… crucemos los dedos para que así sea.